Reconocido por su sigilo, similar al de una víbora, y sus mortíferos ataques, Lachlan la Víbora MacRuairi es un guerrero con quien contar, pero en quien no se debe confiar. Solo es leal al dinero, su indiferencia está sellada por la amarga traición. Todo cambia cuando a Lachlan se le encomienda la misión de proteger y llevar a Bella MacDuff a la coronación del rey… y al orgullosa y sensual condesa le desafía sin ser consciente de ello a la mayor batalla que jamás haya librado: amar de nuevo.
Apasionada y devota, Bella ha desafiado al rey inglés y a su propio esposo para colocar la corona en la cabeza de Bruce, y por eso ha pagado un terrible precio: perder a su hija y la libertad a causa de la venganza de su esposo. Prisionera de forma cruel y bárbara, jura reclamar a su hija aunque para ello tenga que vender su alma y su cuerpo a un oscuro y letal guerrero, cuyos ojos centellean como el acero, pero que hace que su piel hormiguee y que se le acelere la respiración. Juntos se embarcan en una dura misión con siniestros giros que amenazan no solo la cruzada de Bella por salvar a su hija, sino también su corazón.
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