Madrid, 1894. Jorge Novoa, diplomático herido en las revueltas de Melilla, finge divertirse en la capital durante su forzada convalecencia. En realidad, cada noche sigue los pasos de un peligroso grupo de anarquistas que planea atentar contra la regente doña María Cristina y su hijo, Alfonso XIII. Su labor de espionaje es dirigida por el marqués de Brandariz, un hombre poderoso dentro de la corte, que no se fía ni de su propia sombra. Jorge sabe que a su vez es vigilado por otro espía del marqués, una presencia constante que lo acompaña en sus largas noches de vigilia. Cuando le pide cuentas por ello a Brandariz, este solo le da el nombre en clave del desconocido informador: Quimera.
Mariana Montalbán vive con su anciana tía, que es toda la familia que le queda, y enfrenta muchas dificultades dadas sus escasas rentas. Su vida es una sucesión de pérdidas: su padre, su madre, su amor de juventud y su tío. Desesperada, acude al marqués de Brandariz, que había sido amigo y paciente de su padre, quien le ofrece una labor singular con la que ganarse un salario.
Lo que nadie podía prever era la intensa atracción que sentirán Jorge y Mariana desde el momento de conocerse. Entre mil peligros, terroristas despiadados e intrigas cortesanas, vivirán una pasión arrolladora que se convertirá en algo más que una quimera.
El jurado del V Premio Vergara-El Rincón de la Novela Romántica,
integrado por Lola Gude, Laura Gude, Nieves Hidalgo, Esther Ortiz y
Marisa Tonezzer, le ha otorgado el galardón por unanimidad, “por su
impecable escritura, su cuidadosa documentación histórica, su excelente
ambientación, su interesante trama y sus personajes bien perfilados,
tanto los protagonistas como los secundarios, y su emotivo final”.
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