Dayhen Brann no era un hombre paciente. Demasiado tiempo de una
búsqueda infructuosa había dejado en él una amarga rabia que crecía con
el paso de los días, una emoción que se veía aumentada por
fuego eterno que portaba en su interior y que sólo sería aplacado
por la Reliquia.
Hasta entonces, tendría que echar mano de lo que encontrase para
aplacar su elemento… ¿Y por qué no una hermosa duende ligera de ropa y
bien dispuesta que disfrutaba de la mítica noche de San
Juan en la playa?
Naroa Gave no estaba en uno de sus mejores momentos. Su vida era un
asco. En todos los sentidos. Así que cuando su mejor amiga sugirió
quedar con unos chicos e irse de fiesta a la playa para
celebrar la Noche de San Juan, aceptó. ¿Qué podía salir mal?
Quizás el hecho de liarse allí mismo con el hombre más sexy que
había visto jamás, crear un vínculo entre ellos que los uniría
irremediablemente y escuchar de sus labios que lo único que deseaba
de ella era la Reliquia que custodiaba. Oh, sí, aquella era sin duda
toda una declaración de intenciones. Sólo había un pequeño problema; Él
no era el único que deseaba la reliquia de Odín, y
ella no estaba dispuesta a entregarla así como así.
Unidos en contra de su voluntad, están a punto de enfrentarse al
mayor desafío que ninguno de ellos presenció jamás. Uno que los
conducirá a través del infierno en una carrera contra reloj para
devolver la Reliquia a su lugar de origen… o morir en el intento.
El tiempo se acaba, la Sagrada Reliquia debe ocupar su lugar o todo lo sacrificaron… habrá sido en vano.
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