domingo, 22 de enero de 2017

DUEÑAS DEL DESTINO VOL.I - CAP.II


 CAPÍTULO II

 Janet reparó en la granja cuando el atardecer ya caía, dotando al cielo antes límpido y azul de una nubes rojizas y esponjosas.Sonriente y feliz trotaba por el bosque, parándose incluso a observar a unos animalillos que correteaban por allí.

Robert era increíble, tan atento, tan distinguido, tan guapo.... .Rió al recordar lo que habían hecho unas horas atrás,y gimió al sentir como recordarlo hacía que la piel le hormigueara,y sintiera cosquilleos por todo el cuerpo, sintiendo su sexo palpitar por él.
Hacía mucho que no era tan feliz, mucho tiempo que no sabía lo que era sentirse amada, aunque estaba con las chicas,ella anhelaba algo más,siempre lo había anhelado aunque sus circustancias anteriores no fueran las mejores.Intentó por todos los medios que los recuerdos no llenaran su mente, pero el dolor de aquel aciago día no se desvanecía ni con el paso de los años. Recordaba cómo su propio padre la ofreció a cambio de un maldito pacto, pacto que finalmente no se llevó a cabo al haber huido ella. Su cuerpo habá sido humillado, ultrajado y sumamente maltratado. Cerró los ojos y podía jurar que aún sentía a aquel asqueroso hombre entre sus piernas, desoyendo sus gritos, sus súplicas. Más bien parecía hacerle gracia.
Se obligó a enterrar de nuevo esos odiosos recuerdos, ese triste pasado y pensar en lo que en él encontró. Fue una estúpida al resistirse durante tanto tiempo, lo que se había perdido...Pero al fin cayó, él la atrapó y ahora ella era inmensamente feliz, tanto que temía que eso fuera un sueño.
Cobijó a su caballo Galen en el establo. Estaba todo por el medio; las sillas de montar dejadas a un lado en lugar de colgadas; los cepillos de los caballos tirados en el suelo junto a un cubo con jabón y un largo etcétera que haría que cierta personita pusiera el grito en el cielo. Estaba claro que Anna había estado ahí. Esa muchacaha era incapaz de mantener recogido un lugar.Dejaba una estela de cosas por los suelos y sabías sin lugar a duda que ella había pasado por allí como un torbellino.
Puso comida y bebida a su caballo tras el largo día fuera y marchó para la casa tarareando la canción que siempre le cantaba Robert cuado ella estaba inquieta. No se sabía la letra, pues era en latín y ella no conocía dicha lengua, pero el tono, la música la tenía grabada, como la imagen de su Robert cantándole tumbado a su lado. Tan absorta estaba en sus pensamientos - e imágenes algo calenturientas- que no vió a Maggie sentada en uno de los sofás orejeros que tenían cerca de la ventana. A oscuras. Sin ningún candeladro encendido, solo iluminada por las ocres luces del atardecer.
-¡Jesús, Maggie! ¡Qué susto¡ ¿Qué haces aquhí sentada y totalmente a oscuras?- Maggie,de brazos cruzados y mirada helada,golpeaba el suelo con el pie de sus zapatos. Aún no se había cambiado de ropa,que era lo que solía hacer cuando llegaba del mercado. Nada más pasar la puerta, se quitaba esos horrendos vestidos, que hasta hacían que le picara todo y se calzaba sus pantalones, su camisa y sus botas. Pero hoy no, tal era el cabreo y disgusto que llevaba. Se había puesto a limpiar con el vestido, a pesar de lo incómodo que ello era. Limpió y limpió hasta que se cansó y optó por sentarse a rumiar su mal humor en la soledad del salón principal, que casualmente daba justo a la entrada, por donde casualmente debería entrar Janet de un momento a otro. Que casualidad - ¿Me estabas esperando? ¡Esto es el colmo! No puedo creerlo. Ahora que somos libres, tú te dedicas a esperarme como si...
-Te he visto en la montaña...- La serenidad de su voz no se parecía nada al hervidero que sentía en su interior, deseando gritar a Janet, que se había quedado paralizada y cada vez estaba más palida- He visto lo que haces, y con quién...- Tomó aire sintiendo como la ira ganaba a la serenidad que quería mostrar, pero no consiguió retenerla y estalló con fuerza, levantándose del sofá- ¿Cómo has podido ser tan estúpida? ¿Cómo has sido capaz? Nos has mentido! ¿Desde cuando? ¿Cuánto tiempo llevas con ésto?
La palidez  de Janet se coloreó enseguida y su mudez se evaporó al escuchar las palabras de Maggie. ¿Quién secreía que era?
-No te atrevas a juzgarme, Maggie. He hecho lo que deseaba. Estoy cansada de vivir en las sombras, de vivir alejadas de todo y de todos.Estoy cansada de no vivir, Maggie.
-Pero es que no podemos vivir de otra manera...¿Ya se te ha olvidado por lo que pasaste?¿Lo que hiciste? ¿Lo que te hicieron?¿Lo que te harán si te encuentran? Maldición, Janet, que no eres un niña para hacer tonterias de tal calibre.
-No hace falta que me lo recuerdes-Susurro acongojada-Cada noche lo veo en mi cabeza,o lo veía, hasta que le conocí  a él...- Maggie la miraba incrédula , sin creerse nada de lo que escuchaba.Era imposible que pensara así.No después de todo el sufrimiento que le habían causado.
Negó con la cabeza. Esto debía acabarse, y cuanto antes.
-No me has contestado, Janet... ¿Cuánto llevas con esto?- Por la rigidez de Janet, Maggie supo que la respuesta no la iba a gustar nada, y se preparó para posiblemente gritarla como una aunténtica loca - ¿Cuánto?
-Un año
-¡¿Un año?! ¡¿Un año entero?! -El grito de Maggie debió oirse en toda la casa. Incluso creyeron oir como lo pájaros que dormitaban tranquilamente sobre los árboles que rodeaban la granja salían huyendo, despavoridos. Las demás -Isobel, Anna y Christina- bajaron para ver que era ese escandalo.
-No me grites,maldita sea. Sí, un año.Un año siendo amada, Maggie.
-Bah...Tonterias...Éso solo es deseo... y lo entiendo, créeme, sobretodo después de ver al hombre...porque vaya hombre.Sabes elegir,eso debo reconocértelo*clavo su mirada en ella, olvidando las carnes prietas del amante de Janet-Pero no es nada más.No seas inocente, Janet.Y deja tus ilusiones a un lado.
Janet sabía que no iba a ser fácil cuando todas se enteraran de lo que pasaba. En especial Maggie al haber pasado tanto juntas. La debía mucho.Pero pensaba que quizá se alegraría por ella,un poco solamente, con eso le bastaba. Todo lo que habían pasado juntas,los duros y sufridos inicios,  el frío en las heladas invernales cuando aún no tenían leña para calentarse; los días bajo el sol abrasador intentando cultivar una tierra yerma y seca; las carreras cuando estaban aprendiendo a ocultarse o cuando veían a alguien de la guardia y salían escopetadas a esconderse en cualquier lado...¿Dónde había quedado esa camaradería?¿Esa amistad que parecía inamovible y eterna?
-Eso no es cierto!- Miró a Maggie con pena- ¿Por qué no te alegras por mí? Por Dios, tengo derecho a vivir,a llevar una vida normal.
-¿ Vida normal?¿Vida normal, Janet? ¿Qué vida?¿Una en la que tengas que huir constantemente porque te persigan?¿Una en la que posiblemente te maten si te encuentran?¿Esa vida? Nuestras cabezas penden de un hilo, Janet...y tu lo quieres cortar de un  tijeretazo.
-No seas ridícula. Han pasado años. Maggie debes avanzar, seguir adelante, no anclarte al pasado... y mucho menos esperar que nos anclemos contigo...Disfruta de tu vida,¨Carpe diem¨ hermana...
Todas las demás miraban perplejas a la pareja que discutía a gritos.Una pareja que hasta ayer se llevaba a las mil maravillas y que reían juntas a todas horas. Esto no era una discusión como otra cualquiera , con sus regañinas porque habían dejado algo en medio. No. Esto era más serio.
-Chicas...¿Qué ocurre?¿Qué son esos gritos?
- ¿Carpe diem? ¿Qué demonios significa eso? Si quieres insultarme, por lo menos que me entere .
Ambas se miraban fijamente, con los ojos entrecerrados, midiéndose con la mirada mientras las demás esperaban una explicación ante tal alboroto.
La inocente Anna soltó una carcajada, ignorante de la gravedad de la situación,a la vez que  comía unas ricas fresas de un cuenco de madera que tenía en sus manos.
-Venga... Seguro que Janet te ha vuelto a coger el cepillo ¿Verdad, Maggie?¿Eh?¿Verdad?- Negó con la cabeza soltando una risita- Como sino se fuera a dar cuenta siendo tú, Janet, la única rubia de  todas nosotras- Le ofreció el cuenco ya medio vacio a cada una- ¿Queréis?
-Anna...¿Otra vez comiendo? Pero si acabas de cenar...- La aludida se encogió de hombros y se llevó otra fresa a la boca. A veces parecía más una cría que una mujer de 23 años. Quizá por eso era a la que todas más protegían.
Christina acabó sonriendo, era como una hermana pequeña para ella, y no solo por los años que se llevaban siendo Christina la mayor de las dos y de todo el grupo- En fin...¿Se puede saber qué pasa?Ahora de verdad...¿Por qué discutíais?
 Maggie seguía observando a Janet hirviendo  de furia y sintiendo como la amargura y la decepción encogían su corazón.Cruzada de brazos, sus ojos entrecerrados,y sus labios apretados...esa postura solía sacar a todas de quicio.
-¿De verdad queréis saberlo?-Las caras expectantes estaban fijas en Maggie y ésta no se hizo de rogar, sabedora de todo lo que había en juego- Janet está viendo a alguien a escondidas. Explicales, vamos... Cuéntaselo todo. No te reprimas, querida...
 Janet fulminaba a Maggie con la mirada ,en la que no había ni un rastro del cariño que en realidad se profesaban la una a la otra . Maggie parecía regocijarse en el mal rato que ella estaba pasando. Seguro que estaba esperando el momento oportuno para dejarla por los suelos y soltar alguna de sus frases de madre que te dejaban cabizbaja y por las que solo te faltaba poner el trasero en pompa para esperar unos merecidos azotes.
-Estás disfrutando ¿Verdad? Disfrutas humillándome de esta manera delante de todas!
-Te equivocas...Yo no disfruto, solo quiero que tanto tú como ellas comprendáis la gravedad de la situación en la que estás metida- Maggie dio una palmada que a todas las hizo respingar.Cuando se ponía así parecía más un general del ejército que una mujer-¡Despìerta, Janet! Ésto no es un juego.
-Claro que no lo es ¡Le amo!
-¿Amar?-Maggie soltó una carcajada que enojó aún más a Janet. Que ganas tenía Janet en estos momentos de tirarle de los pelos a Maggie.
-Entonces...espera, espera...ya no hablamos del cepillo de pelo ¿verdad?
-¡¡¡Anna!!!- Isobel miró a Anna, y puso los ojos en blanco. Esta muchacha...Ella ya sabía lo de Robert... Pero prometió no decir nada a nadie, aunque no compartiera lo que estaba haciendo Janet.,ella no era quien para juzgarla.
-¡Basta!-Janet cada vez estaba más enfadada, más molesta, más rabiosa y lo único que quería era irse de alli con Robert. Se giró y clavó su mirada en las chicas, una a una - He conocido a un hombre, estamos juntos, aunque nadie hasta ahora -Miró de reojo a Isobel, lo último que quería era meterla en un lío con las chicas- lo sabía... Y ahora todas lo sabéis y bueno, eso... Le conocí hace más de un año y desde entonces estamos juntos...En realidad...- Agachó la mirada haca sus manos,jugueteando con sus dedos y titubeó, pues si Maggie se había puesto como una loca con lo que le había contado, lo que aún le tenía que contar...le iba a dar un ataque- Nos casamos hace una semana.
Las miradas asombrada recayeron en Janet, asombradas .Realmente no sabían qué decir, se habían quedado mudas. La única que parecía verdaderamente feliz era Anna, que soltó un grito y saltó a los brazos de Janet, felicitándola.
-Enhorabuena,Janet....Estoy segura de que vas a ser muy feliz. Aunque me hubiera gustado estar en el enlace. Me apena mucho habérmelo perdido.
-Gracias, Anna...-Esbozó una pequeña sonrisa dirigida exclusivamente a la pequeña, la única que siempre, fuera el momento que fuera y pasara lo que pasara, conseguía hacerte sonreir. Devolvió la mirada a sus amigas, allí reunidas-Me hubiera gustado que hubiérais estado allí, pero... no sabía como íbais a reaccionar ante tal noticia.
-¿Cómo esperabas que reaccionáramos,Janet? Creo que... te hubiéramos entendido.Buscabas la felicidad y la has encontrado.-Christina se acercó a darle otro abrazo al que de nuevo se unió Anna-Me alegro mucho por tí,Janet...No pensarías que ibamos a boicotearte la ceremonia ¿No?
- Bueno...no estaba del todo segura..
-Pero...- Christina le dio un puñetazo en el brazo a Janet. Que bruta era a veces...- Me ofende que pienses así de nosotras, Janet.
Isobel se mantenía fría y distante con ella.Desde que Janet le había contado lo de Robert, Isobel encontraba que estaba siendo injusta para con las demás, no se sentía cómoda siendo la única que lo sabía, pero les había encontrado abrazados y no tuvo más remedio que contárselo. Aunque sí le pidió que no dijera nada, que quería encargarse ella. Pero nada estaba saliendo bien. Todo se había torcido. Suspiro, estaba empezando a dolerle la cabeza y tenía un ligero mareo.
Maggie las miraba con la boca abierta, sin atreveser a creer que la apoyaran y que encima la felicitaran ¡Una boda! - Esto es el colmo...Encima os alegráis. Oh sí , enhorabuena Janet por habernos mentido, y habernos puesto en peligro. Muchas gracias... !Puñetas,estáis locas! ¿Acaso no sabeís todo lo que esto puede acarrearnos? Los problemas que puede traernos son enormes, empezando porque nos descubran....
-Maggie no seas exagerada.-Christina ,la más serena de las cuatro, intentaba hacer entender a Maggie que Janet ya había elegido y que nada la haría cambiar de opinión. Veía a Maggie consternada, enfadada y muy, muy dolida. Ella también lo estaba, pero a diferencia de Maggie ella entendía lo queJanet quería.Y no iba a ser ella quien le cortara el paso- En todo el tiempo que llevamos aquí nadie nos ha visto ni mucho menos descubierto.Vale que no habíamos tenido una situación como esta, pero..
-De pero nada, Christina...No sabemos nada de ese hombre, ni quién es, ni a qué se dedica, nada.Bien podría ser un espía de nuestros enemigos o...
-Robert no es nada de eso...-Janet salió endefensa de su amado, pues ella sabía perfectamente que era un buen hombre. Leal, honesto y honrado.- Él no es un mal hombre.No es como los que nosotras hemos conocido, Maggie. De verdad.
-¿Por qué no lo traes mañana para comer?- Anna no supo si lo que había dicho era bueno o malo, lo que sí sabía es que Maggie iba a estrangularla en cuanto se quedaran a solas- O no...
-¿Por qué no? Es una gran idea,así le conoceremos y veremos todo aquello que tú dices de él- Christina intentaba por todos los medios que aquello acabara bien para todas.Haría lo que fuera por ellas,por eso siempre evitaba discutir.No le gustaba enfadarse e intentaba evitar cualquier conflicto.Eran su familia, sus hermanas y aunque a veces no estuviera del todo de acuerdo con ellas o sus decisiones, intentaba apoyarlas en todo momento, motivo por el cual se había ganado el apodo de¨santurrona¨. Si ellas supieran lo poco que tenía de santurrona, si supieran lo que había hecho en el pasado y porqué había huido. Pero jamás les había contado lo que pasó realmente. Suavizó unas cosas, omitió otras.
Christina no permitió que esos aciagos recuerdos le estropearan el humor. Se centró enJanet y  en intentar convencer a Maggie de que esa comida sería una buena ocasión para decidir sobre el hombre.
-Vamos,Maggie, siempre desconfias de todo. Dale una oportunidad...y si mañana sigue sin convencerte,ya decides...
Maggie rumiaba algo mientras andaba por el salón haciendo sonar sus faldas a cada paso. En su rostro se mostraban todas sus pensamientos y de sus labios de evz en cuando se oía un ¨están locas¨o un sonoro¨puñetas¨.Demonios, no quería que nadie que no fieran ellas pisara esa casa, era su santuario, usu lugar sagrado e iban a contaminarlo.Suspiró con fuerza,sabedora de que realmente no tenía otra opción que claudicar y dejar que ese hombre viniera a comer con ellas.Santo cielo...todo lo que hacía por ellas.
-Está bien, pero pienso ser firme...pienso interrogarle y acribillarle a preguntas. Y...- frenó aJanet que iba adecir algo,posiblemente en defensa del tal Robert - sino me gusta,estaré en todo mi derecho de echarle de aquí a patadas-Janet volvió a abrir la boca para protestar pero esta vez fue Christina la que la cortó.
-Janet,conténtate con eso, es todo lo de sí que puede dar Maggie y reconoce que es más de lo que tú misma esperabas...- Las tres miraban como Maggie abandonaba la sala con pasos airados y maldiciendo por lo bajo algo parecido a¨malditos hombre y sus pelotas¨.Las carcajadas de las tres ante el carácter huraño y el vocabulario verdulero de la mujer que acababa de salir de la sala mostraron la camaradería que se tenían y que el cariño que se profesaban iba más alla de ser unas simples amigas y compañeras de hogar, sino más bien una familia mucho más unida que cualquiera de las que poblaban sus queridas Highlands.


Que la lectura os acompañe!

sábado, 21 de enero de 2017

DUEÑAS DEL DESTINO VOL.I CAP. I

 CAPÍTULO I
 
Para Maggie trabajar la granja era una labor harto complicada, un trabajo muy pesado y muy muy cansado, pero ella lo hacía con gusto. Sobretodo si podía contemplar días como aquel: cielos azules, un sol brillante en lo alto y un pizca de viento que evitaba que ese sol de media mañana resultara abrasador y que ella agradecía enormemente, pues estar apeando la paja una sobre otra contra la pared del pequeño establo resultaba realmente agotador. Echó mano de la bota llena de agua para refrescar su garganta y se sentó a descansar unos minutos en una de las balas de paja. Estiró las piernas,cruzándolas en los tobillos con una brizna de paja en los labios.
- Esto es vida...- Elevó la mirada al cielo despejado, posando una mano sobre sus ojos a modo de visera- Luego una pequeña siesta bajo el viejo roble...o una larga,larga siesta...Ah Dios...me diste el don de dormir como un lirón, que se le va a hacer, no voy a contradecirte ,siendo tu tan grande oh Mi Creador.
Maggie era una mujer que, a sus 26 años y a pesar de un pasado tormentoso,  intentaba ver siempre el lado bueno de las cosas. O por lo menos intentaba llevarlo todo con humor, siempre y cuando no fuera algo referido con su querida familia, sus hermanas... Ahí ya sí que sacaba el demonio que llevaba dentro, un demonio con mala uva. Humor y mala uva, esa era ella, una extraña combinación.
Salió de sus cavilaciones en cuanto a lo lejos vio llegar a Janet al establo. Andaba con brío, con grandes zancadas, colocándose distraída los guantes de montar. Unos guantes azul oscuro que no le había visto jamás, y por como brillaban, no solo le indicaban que eran completamente nuevos sino que además eran de cuero, por lo tanto costaban un ojo de la cara.¿ De dónde demonios los había sacado?Se acercó a ella saludándola con el buen humor que hoy la rondaba, pero la mínima atención que le prestó la hizo fruncir el ceño. Agg odiaba que la ignoraran...o en este caso que ni siquira se diera cuenta de que estaba ahí, a su lado, casi respirandole en la nuca.
- Hola ¿Eh?- Maggie la volvió a saludar, ahora con un deje irónico en la voz.
-Ah...hola Anna
Janet siguió andando hasta adentrase en el establo. Éste estaba constituido por las caballerizas con una cabida para seis equinos, y justo a la entrada a la derecha un compartimento para un par de cerdos que habían ganado hacía unos meses en el mercado. Supuestamente eran para comer, pero es que eran tan graciosos y te miraban con esa carita de bonachones que se veían incapaces de matarlos y luego comérselos. Preferían verlos como dos nuevas mascotas : Angus y Fred.
-Maggie.- Será...ni siquiera la había mirado, la había confundido con Anna. Por Dios,si era como confundir el sol con la luna. Totalmente distintos.
- ¿Qué?
- !Que soy Maggie,no Anna¡ - Janet estaba muy extraña . La miró suspicaz, con los ojos entrecerrados, intentando vislumbrar qué era lo que le ocurría. La vio sacar a su caballo de su caseta de madera y ensillarlo, para despues sacarlo del establo -¿Dóndevas? Llevas todala semanasaliendoporla mañanatempranoy...bueno,no necesitamostantascosasdelmercado,estamos abastecidas,Janet,losuficientehasta lapróxima lunallena-Esbozóunapequeñasonrisa,perose diocuentade queJanet no la prestaba muchaatención. Había venido cada día con algo del mercado. Un día fruta; otro día harina, y Janet no era precisamente la primera en ir a comprar. Odiaba el mercado y sus egntes alli congregadas en los puestos.
El caballo se movía nervioso,el mismo estado que el de la dueña,ante la cual Maggie se paró .Se había vuelto a arreglar demasiado como para solo ir al mercado.Vestida con sus mejores ropas,un vestido azul de media manga con gasas blancas en los codos y un pequeño cinturón de seda que le marcaba la delgada cintura- no como la suya-  que hacía resaltar su nívea piel; su cabello rubio recogido y un par de tirabuzones sueltos en el rostro que le daban un aspecto angelical.Aunque no tenía nada de angelical la mirada fulminante que le dirigió, a ella, a su Maggie,su mejor amiga,su confidente... su familia.

-Janet....- Maggie la miraba suplicante retorciendose las manos, que le hormigueaban con las ganas de zarandearla para que por lo menos la mirara- Verás...yo...
Algo estaba pasando con Janet,lo tenía claro,y ella quería saber qué era...Cuando Maggie quería algo,nada la paraba.
-Janet....-volvió a intentarlo.Realmente lo único que creía que la haría reaccionar ante ella era que la bajara a tirones del caballo,pero no quería perder los nervios, solo quería hablar... Aunque solo le arrancaría un par de mechones,no sería para tanto.Tomó aire y la miró fijamente- Sabes que no podemos exponernos tanto,y mucho menos en el mercado del pueblo.Allí va todo el mundo,podrían reconocernos¿Eso es lo que quieres?¿Quieren que sepan que estamos aquí?¿Ponernos a todas en peligro?
Pensaba que quizá así Janet entraría en razón o por lo menos la escucharía.Sabía que era caer bajo,recordándole todo lo que podían perder,pero esa era la mejor forma de que se diera cuenta de la situación.O eso creía Maggie,que no esperaba para nada la frialdad e indiferencia de Janet y se sintió repentinamente estúpida al tener esa fe ciega en la mujer que ahora no se parecía en nada a la que ella conocía.
-¿Hasa cabado ya?Porque quiero irme hoy ¿sabes?
-Pero Janet...
-Debo partir ya, no quiero ir tarde
-¿Tarde?¿Has quedado?¿Con quién?
-¡Maggie,basta!¡Déjame en paz!-Janet apretó los labios,respirando hondo mientras se intentaba calmar.Sus manos apretaban con fuerza las riendas de su caballo que se había puesto nervioso ante sus gritosy notaba los ánimos exaltados en el ambiente.- Volveré tarde.
Maggie farfullaba sin saber que decirle a su amiga,jamás se habían gritado,por lo menos no de ese modo.
-Muy bien.Solo recuerda que en esto no estás sola y que si te perjudican a ti,nos perjudican  a todas.Si cae una,caemos todas,Janet.Recuérdalo.
Janet arrulló a su caballo para que avanzara saliendo a galope por el bosque camino al pueblo.Jamás se había sentido tan cabreada con nadie,ni tan molesta con ella misma.Esto se le estaba yendo de las manos,ilusa ella que pensó que tendría algo más de tiempo.Pero el tiempo se le acababa y ella no estaba dispuesta a perderle,le necesitaba.Y supo sin lugar a dudas que había llegado el momento de actuar.
Maggie se quedó observando como el caballo y su dueña se alejaban a galope ,perdiéndose entre los frondosos árboles de la tierra que habitaban. Hacía ya cinco años que Maggie llegó huyendo a este lugar,encontrándose con esta granja abandonada.Pensó que había sido una suerte y que por fín las cosas podían irle bien.Empezar una vida  nueva, empezar sola en esta tierra alejada. El paso de los días confirmaba que ese sitio era perfecto para vivir en paz y lo más importante, alejada de todo y de todos y, aunque quedaba algo lejos del pueblo, a ella eso le venía de perlas,pues cuanto menos contacto tuviera con la gente del pueblo,mejor.No quería llamar la atención, deseaba pasar todo lo desapaercibida que pudiera.Semanas después, se encontró a Janet en el pueblo,estaba herida,sucia,hambrienta y muy debil.Sin lugar a dudas la ayudó,y apesar de que eso podría conllevar un grave peligro para ella,la llevó hasta la granja donde la cuidó.Janet le contó todo lo ocurrido y el porqué de su huida.A partir de entonces se hicieron inseparabales.Y ellas dos fueron las que levantaron la granja,las que la arreglaron y sacaron adelante para que fuera un lugar seguro y pudieran vivir tranquilas,sin lujos pero sin que les faltase nada.Estuvieron solas un tiempo,pero fueron encontrando a  otras en su misma situación.Llegaron a ser seis,pero ahora solo eran cinco. Desgraciadamente sabían cuáles podían ser las consecuencias de que las encontraran. Siempre recordaría a Cailin con cariño.
Echó un vistazo a la granja,ahora tan bonita. Tan arreglada. Tan limpia. Lo suyo les había costado,y les costaba día a día. Aquí había dejado ser Maggie MacDonald para ser simplemente Maggie. No quería perder todo eso. Y menos por culpa de alguna locura de Janet.
Decidida a descubrir el secreto que Janet guardaba, se dirigió de nuevo al pequeño establo y montándo su caballo Magnus,salió tras Janet.
¿Cómo la había podido perder? Maldita sea, si estaba justo detrás. Ah maldita sea Janet y su afán por correr. Veloz como el viento  decía, sí, veloz...Velo tendría que ser ella en encontrarla o el estçupido que estaba haciendo ene stos momentos siguiendo a Janet no serviría para nada, excepto para mostrar sus pocas dotes de vigilante.
Tras lo que parecieron largas horas- psiblemente solo unos minutos- vislumbró un caballo atado a un árbol : Galen , el caballo deJanet. Apresuró el paso y llegó hasta donde se encontraba éste,que pastaba tranquilamente de unas hierbas.
-¿Porqué no está contigo tu dueña?¿Eh amigo?- Acariciaba la crin del animal,un acto que siempre la relajaba y ahora necesitaba calmarse,pues tenía la sensación de que lo que iba a encontrar no le iba a gustar un pelo.
Escuchó unos pasos y tan rauda como pudo, arrastrando a su caballo,q eu de silencioso tenía poco,se escondió tras unos matorrales.Suerte que eran altos pues de nadaserviriía que se escondiera si se veía a su cablo asomando su cabezota.Se mordió el labio para no maldecir al pincharse con unas rosas que justo estaban a su lado.¿Sería por flores, por plantas , por... por...  cosas verdes que había en el mundo que tenían que ser preicisamente unas rosas?¡Que pinchan!
- Ay madre ...madre mia... como pica...Jo...
Mientras se rascaba el brazo se echó a un lado para ver si ya no había nadie y al ver a Janet soltó una sonora maldición - ahora sí-, por suerte ya se marchaba y loq ue realmente vió fue su capa ondeando tras ella, que andaba a paso rápido en dirección a un prado, en la llanura de la montaña la cual era llamada por los ligareños ¨La montaña de las Brujas¨pues según dicen todo el utiliza el paso de la montaña queza bajo el hechizo de las brujas que allí habitan. Pufff... paparruchas. Pero, igualmente iba a atajar por el mercano, no por miedo sino por precaución.No fuera a ser que no tuviera tanta suerte y Janet la viera. Y eso si que sería aterrador.
Bajó hasta el mercado, por allí atajaría y podría pillar a Janet. O eso esperaba pues el paso de las montañas era largo,aunque no había ningun recoveco donde poder quedarse, solo piedras y árboles y al final de este, un prado grande rodeado de setos.Ahí es donde esperaba encontrarla.
Ya en el mercado del pueblo, las voces de los mercaderes que vendían a voz en grito su mercancía,como la de mejor calidad y la de mejor precio, se mezclaban con la de los compradores que regateaban al tendero,consiguiendo un mejor precio aún. Por un lado, se acumulaban los puestos de telas y ropajes, bordados, velos y bisutería varia;  por otro, toda la comida o bebida ,desde carnes, pescados hasta fruta y verdura, condimentos para cocinar y vino para agasajar la garganta y refrescar un poco la mañana en el atestado mercado . Realmente estaba bien abastecido, allí podías encontrar todo lo que quisieras y ajustar el precio según te conveniera. Se habían vuelto unas reinas del regateo. Pero cuando ellas iban y vendían algunas cosas en el mercado, poco regateos les hacían, y sacaban una buena tajada. Sonrió,  recordando como la semana pasada le había sacado un buen pico por unos bordados a una mujer estirada que iba con aires de superioridad por el mercado...Le iba a enseñar ella superioridad.
Se había quedado parada, perdida en sus pensamientos y había perdido la noción del tiempO. Maldita sea , si ella había ido a seguir a Janet, no a quedarse entrla multitud que hoy se congreaba en el mercado. Claro...las fiestas del pueblo. No se había acordado de ello, ya hora se veía rodeada de luareños, icos y pobres, de todas las clases sociales haciendo sus comrpas para la celebración. Estúpidas fiestas, estúpidas celebraciones.. estúpidos todos.
Y si no hubiera sido por el empujón que aquella niña rubia y delgada, con más cara de demonio que de cría, le había dado, posiblemente, no, con toda seguridad seguiría inmersa en sus cavilaciones sobre si ese collar era verdadero o falso y si estaban timando a la mujer que lo iba a comprar. Que bien poco le importaba a ella, pero le encantaba ver cómo los compradores picaban ante las suculentas palabras del mercader. Y de nuevo....había venid a porJanet, maldita sea...Maldiciéndose así misma - ora vez- avanzó apartando a la gente, con ademanes bruscos y soltando insultos y palabrotas que harían que hasta el guerrero más rudo se sonrojara.
-Maldita sea....¿porqué demonios se me habrá metido en la cabeza seguir a esta endemoniada?- Una mujer la miró espantada, llevándose una mano al pecho y emitiendo un extraño ruidito con la boca, mientras parecía que iba a desmayarse ahí mismo- ¿Qúe demonios está usted mirando? !Aparte!- Creyó oir un golpe, como si la señora se hubiera desplomado. Por Dios, que pusilánime era la gente... oir la palabra demonio y salir espantada, que estupidez. Debería probarlo más a menudo, decir ¨demonio¨ en todas partes y ver como la gente salía corriendo haciendo aspavientos con las manos ¡Que divertido! Debería haberse parado a ver si la señora estaba bien, ser una buena ciudadana y bla bla...¡Pasando! No tenía tiempo. Su objetivo era Janet. Janet.Janet.Janet se repetía una y otra vez. En los últimos años sus modales habían ido decayendo hasta desplomarse por completo, o perderlos como le decían todas.Bien poco le importaba a ella eso.
Siguió andando dando pasos agigantados, que en nada se parecían a los de una dama mientras  levantaba esas faldas largas y sumamente molestas que se veía obligada a llevar cuando salia de la granja.También debería haber cogido sus modales,pero a saber donde estaban ahora.
Cuando por fin consiguió pasar toda esa multitud,llevándose algún que otro codazo y pisotón,codazos y pisotones que ella misma devolvió,consiguió adentrarse hacia la zona boscosa,que la llevaría a los prados donde Janet podría estar, aunque había perdido mucho tiempo. Se lamentó al no haber ido por el camino que Janet siguió, muchísimo más corto y directo. Maldita sea...
Tenia que ser siligosa,no quería que la descubriera.Andaba despacio,intentando pisar con delicadeza las hojas secas caídas en el suelo,cosa harto dificil ,así que iba de puntillas manteniendo el equilibrio, con los brazos en cruz ,pero ni con esas, pues acabó tropezándose con sus propios piesy casi acaba de bruces en el suelo.
-¡Puñetas!¡Maldita falda...maldito bosque...maldita Janet...-Gruñendo siguió avanzando, entre maldiciones y gruñidos, hasta que oyó un ruido. Se paró en seco. Diantres las brujas...
-Ay madrecita de mi alma y de mi corazón...- Susurró, llevando las manos directamente a las dagas, guardadas en el cinto que llevaba escondido bajo la capa, atado a su cintura.Era una costumbre que había adquirido con los años, ruido que escuchaba, mano a la daga.- Juro que seré buena, y que no maldeciré más y que...- Frunció el ceño al oir que los ruidos se convirtieron en gemidos...¿gemidos?
-¿Qué...?-Miro entre los arbustos - esta ves no eran rosas- y encontró a Janet en un pequeño claro tumbada en el suelo sobre una manta bajo el cuerpo de un hombre que arremetía contra ella, que reía y gemía sin parar mientras el hombre la besaba y acariciaba y...
- Que calor...
... y Janet se agarraba a su espalda, rodeando las potentes caderas del hombre con sus piernas- no recordaba que Janet tuviera las piernas tan largas -   y siguiendo el ritmo de estas.
- No puede ser...será...- Apretó los dientes ,incapaz  de apartar la vista del salvaje vaivén de las caderas del hombre y de ese trasero bien formado, de esa espalda ancha donde se notaban todos y cada uno de sus músculos ondear con sus movientos.- Vaya...oh eso es...-Tragó saliva, y cuando el dio una vuelta para que ella quedara a horcajadas, abrió mucho los ojos y se marchó de alli,  dirigiéndose hacia su caballo olvidándose ompletamente de las brujas, de los hechizos y con el trasero del hombre en la mente. Se aseguró que nadie la seguía y montó derecha a la granja, hirviendo  de furia, cabreada y dolida a partes iguales. Se iba a enterar, cuando llegara le iba a decir cuatro cosas...¿Qué se creía que estaba haciendo? Que incosciente... ¿Y quién era ese hombre? No le pudo ver la cara,solo su...su trasero prieto,  su espalda musculosa...Por Dios,Janet de tonta no tenía un pelo,porque vaya hombre...
En cuanto llegó a la granja,evitó encontrarse con el resto de las chicas, porque una de las cosas que tenía Maggie es que no sabía mentir, ni fingir su estado de ánimo,así que cuando estaba mal,se le notaba, y cuando estaba bien,era la alegría personificada. Claro que, cuando estaba cabreada como ahora,ladraba a todo el mundo por doquier, sin importarle quien fuera, pagando así con todo el mundo su mala leche.Por lo que tanto optó por enfrascarse en diversas tareas y mantenerse ocupada, aunque tuviera que limpiar sobre limpio.Era capaz de ensuciar algo con tal de tener que limpiar y así estar entretenida , o se subiría por las paredes,antes de Janet entrara por esa puerta.
















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DUEÑAS DEL DESTINO VOL.I


 PROLÓGO


- Abuela- Mack la miraba fijamente con sus ojillos marrones y su pelo castaño revuelto. Ese niño jamás iba peinado..se parecía tanto a su padre ...y a su abuelo.Un suspiro salió de sus labios al recordar a este último. La nostalgia siempre la invadía cuando los evocaba. Los recuerdos eran agridulces.- ¿Crees que los otros abuelos nos están viendo ahora mismo desde el cielo?
- Claro que sí,mi niño. Ellos siempre velarán por vosotros, al igual que yo lo haré el día que me vaya. Siempre estaréis en nuestros corazones.
Se escucharon los pasos de una Chrissie que volvía casi sin aliento y sonrojada por la carrera que se acababa de dar. Esta niña siempre correteando.
- ¿Me habéis quitado el sitio?Abuela¿has empezado sin mi?
- Ni lo uno ni lo otro querida. Esperábamos expectantes tu vuelta- Le hizo un ademán de la mano para que sentara, junto a su prima Mairi ¿o era Lainnie? Esas gemeles eran dos gotas de agua, no había manera de diferenciarlas y menos a su edad que cada vez veía menos.
- Bien ¿Por dónde empiezo?- Sonrió de anticipación al saber lo que esos pillines iban a contestar. Siempre hacían lo mismo, y a pesar de la de veces que lo habían repetido seguían riéndose como la primera  vez. ¿Había dicho ya que eran adorables?Si, a la par que temibles.
- ¡¡Por el principio abuela!!
 -Claro,claro,por el principio. A ver,dejad que me centre...Si,si...ya sé.- Se acomodó en la mecedora,empezando a moverse de adelante hacia atrás oyendo el crujir de la vieja y gastada madera bajo sus pies mientras dejaba volar su mente a aquellos días, y notaba como los recuerdos se colaban en su mente y en su corazón.A pesar de los años trascurridos los rostros seguían inmortales, como si el tiempo ni hubiera pasado por ellos - Corrían días duros para los escoceses. El verano había sido muy seco,el otoño estaba presentándose demasiado frío para la época, lo que auguraba un invierno que hacía que todos temblaran ante su llegada. Las cosechas habían sido escasas, las reservas estabas bajo mínimos y por ello todo estaba más caro.Todo el mundo estaba preocupado, menos cinco mujeres...Ah,que mujeres aquellas. Valientes, luchadoras, nobles...y vengativas...Unas guerreras vengativas, pero de gran corazón.
- ¿Quienes eran esas mujeres abuelita?- Miró a Archie, el único de todos que la llamaba abuelita. Ese niño rubio de ojos azules le tenía robado el corazón.
- Esas mujeres eran...







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TIEMPO DE PROMESAS - ELENA GARQUIN

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 Año 917.

Las continuas batallas contra los musulmanes asolan los nacientes reinos cristianos. Martín Ruiz de Vega, guerrero al servicio del rey Ordoño, decide aspirar a algo más, por mucho que su situación militar le depare suculentas e inesperadas recompensas. Cansado de tanto derramamiento de sangre, solo desea formar una familia y llevar una vida tranquila. Pero la persona elegida por él, la única con quien ansía hacerlo está fuera de su alcance.

Jimena de Medina es una doncella tan inocente como hermosa, cuya memoria se ha visto seriamente afectada tras presenciar el asesinato de su padre, ocurrido años atrás. Desde entonces vive protegida por sus hermanos, esperando el momento de cumplir con los designios del rey, que la ha entregado en matrimonio a un poderoso conde castellano.

Ahora, una misión que le es encomendada al guerrero con el único fin de perjudicarle acabará por convertirse en el mejor viaje de las vidas de Martín y Jimena, provocando una cadena de acontecimientos que pondrán sus corazones a prueba de olvidadas promesas de sangre…





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martes, 17 de enero de 2017

COR UNUM (UN SOLO CORAZÓN) - LUCINDA GRAY


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Claudia es una bella liberta que vive como un miembro más de la familia del pretor que en su día la esclavizó y por quien, en la actualidad, la joven siente un inmenso cariño. Ansía definir su futuro como ciudadana de Roma, casándose y formando un hogar junto al tribuno Tiberio; un apuesto patricio perteneciente a una de las familias más poderosas de la República y que siente devoción por ella. Sin embargo, su corazón parece diferir del destino que se ha trazado al colocar ante ella, como a su único salvador, a Luciano, un arisco liberto que no duda en mostrarle su desprecio. Luciano, quien ha sufrido lo indecible a manos de los romanos, no acepta que Claudia viva feliz entre ellos, olvidándose del origen de su pasada esclavitud, por lo que no soporta la defensa que esta hace del pretor en su presencia. Por su parte, Tiberio hará lo inimaginable por mantener junto a él a la mujer que ama y que en su día le correspondió; a pesar de los nuevos acontecimientos que parecen dirigir su vida hacia un punto sin retorno. Un terrible secreto; una identidad inesperada; el honor de un hombre y la salvación de otro. Una mujer, dos hombres y un solo corazón… Un solo destino




























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jueves, 12 de enero de 2017

EL ÚLTIMO BAILE - MARISA SICILIA


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 Viena, 1952
Andreas y Lilian se reencuentran inesperadamente en un café tras una larga separación. Mientras pasean juntos por el Prater, Lili recuerda su historia de amor con Andreas, su enamoramiento incondicional y juvenil, el primer desengaño, el fracaso en su intento de olvidarlo, la reconciliación y los años locos que vivieron juntos en el salvaje Berlín de entreguerras.
Recuerda cómo, a pesar de las separaciones y las distancias, nunca dejaron de amarse. Porque el de Lili y Andreas es uno de esos amores que perduran a través del tiempo y las pruebas.
Porque las verdaderas historias de amor nunca terminan.


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lunes, 9 de enero de 2017

NOVEDAD FEBRERO 2017 - MEGAN MAXWELL


 Hol Hola!!!
Hoy os traifo un notición!! Este mes de febrero nos llega la 4º parte de las Guerreas Maxwell!
Que ganas ,que ganas!!!!!Voy a tener que darle un buen repaso a sus antecesores, para hilarlo todo bien!!
¿Qué os parece?
 https://images-na.ssl-images-amazon.com/images/I/51UBcOAbV7L._SX337_BO1,204,203,200_.jpg

Estar enamorado de la mujer que se desea olvidar no es algo que el joven e impetuoso highlander Zac Philips lleve bien.

Tiempo atrás, Zac posó sus ojos en Sandra, una joven de mirada y pelo castaños que cautivó con su sonrisa. Pero cuando el padre de Sandra falleció, sus abuelos maternos las obligaron, tanto a ella como a su madre, a dejar las Highlands, su lugar de residencia, y regresar a Carlisle, un lugar en el que ninguna de las dos conseguía ser feliz, sobre todo cuando sus abuelos se empeñaron en concertarle un matrimonio.

Dispuesto a salvar a su amada, Zac partió hacia Carlisle, pero al llegar allí se encontró con Sandra riendo divertida con uno de aquellos ingleses. Ofuscado y con el corazón destrozado, regresó a las Highlands con la intención de olvidarla.

Sin remilgos ni medias tintas, Sandra iba ahuyentando a sus supuestos pretendientes, ganándose así la enemistad de sus abuelos y, con el tiempo, cargando con la culpa por la muerte de su abuela.   



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EL REGALO MÁS DULCE - NURIA LLOP

 No hay texto alternativo automático disponible.


 Buscar un marido en tres semanas para poder cumplir un sueño puede ser difícil… si no se cuenta con las dotes de celestina de Catalina de Velasco.

Madrid 1640. A la actriz Elisa Villanueva le surge la oportunidad de hacer realidad uno de sus sueños: actuar en la inauguración del Coliseo, el teatro que Felipe IV ha hecho construir en el palacio del Buen Retiro. Pero su soltería se lo impide y solo dispone de tres semanas para encontrar marido. Reticente a dejar pasar esa oportunidad única, decide confiar en Catalina de Velasco con la ilusión de que sus dotes de celestina sirvan a otro de sus sueños: encontrar el amor de su vida. Ante la dificultad de la tarea, Catalina propone alternativas que las conducen hasta Juan Morales, un pícaro de Lavapiés cuyo padre trabajó como tramoyista en la compañía teatral de los padres de Elisa.

Juan decide ayudarlas con la intención de alejarse después, ya que en su vida de delincuencia no hay lugar para la gente honrada. Sin embargo, la atracción que siente por Elisa se lo va a poner tan difícil como esquivar las maquinaciones de Catalina.


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ÉRASE OTRA VEZ EN LONDRES - LAURA MAQUEDA


 La imagen puede contener: una o varias personas, cámara y texto



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TOP 10 MEJORES LECTURAS 2016




GANADORA





  1. Manhattan Wolf + Loving Wolf + My Dear Wolf - Kelly Dreams
  2. La Viuda Negra + El Corsario Invicto - C.Santana
  3. Highlander tenías que ser - Laura Nuño
  4. La maldición del ganador- Marie Rutkoski
  5. Dulce Arpía - Lucinda Gray
  6. Los dictados de mi corazón - Laura Nuño
  7. Reyes de la Noche - Mariah Evan
  8. Hambre de ti - Kresley Cole
  9. Los Caminantes - Carlos Sisí
  10. Mi alma gemela - Caroline March













































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EL LAIRD AL DESNUDO - SALLY MACKENZIE

 

La fiesta en casa del vizconde Motton promete ser uno de los acontecimientos más destacados de la Temporada, así que lord y lady Kilgorn asisten encantados. Aunque no lo estarían tanto de haber sabido que ambos han sido invitados… Tras años de separación, ¡ahora resulta que les han asignado el mismo dormitorio en casa de Motton!
Lady Kilgorn no ha hecho un viaje de kilómetros desde su confortable casa de Penforth Hall para tener que compartir un dormitorio de dimensiones ridículas con ese atractivo bribón escocés con el que se casó… cuando era demasiado joven… ¡y también demasiado entusiasta!
Y a lord Kilgorn no le hace ninguna gracia tener tan cerca a su esposa, que cada vez está más bella y parece que esté ahí para tentarlo. Pero según va transcurriendo el fin de sema, la pareja descubrirá que hay fuegos que ni siquiera el tiempo logra apagar…


AUTORA: Sally MacKenzie
EDITORIAL: Libros de Seda
FORMATO:Ebook

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ATENCIÓN!!!!

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Simpre Justa!

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