CAPÍTULO II
Janet reparó en la granja cuando el atardecer ya caía, dotando al cielo antes límpido y azul de una nubes rojizas y esponjosas.Sonriente y feliz trotaba por el bosque, parándose incluso a observar a unos animalillos que correteaban por allí.
Robert era increíble,
tan atento, tan distinguido, tan guapo.... .Rió al recordar lo que
habían hecho unas horas atrás,y gimió al sentir como recordarlo hacía
que la piel le hormigueara,y sintiera cosquilleos por todo el cuerpo,
sintiendo su sexo palpitar por él.
Hacía mucho que no era
tan feliz, mucho tiempo que no sabía lo que era sentirse amada, aunque
estaba con las chicas,ella anhelaba algo más,siempre lo había anhelado
aunque sus circustancias anteriores no fueran las mejores.Intentó por
todos los medios que los recuerdos no llenaran su mente, pero el dolor
de aquel aciago día no se desvanecía ni con el paso de los años.
Recordaba cómo su propio padre la ofreció a cambio de un maldito pacto,
pacto que finalmente no se llevó a cabo al haber huido ella. Su cuerpo
habá sido humillado, ultrajado y sumamente maltratado. Cerró los ojos y
podía jurar que aún sentía a aquel asqueroso hombre entre sus piernas,
desoyendo sus gritos, sus súplicas. Más bien parecía hacerle gracia.
Se obligó a enterrar de
nuevo esos odiosos recuerdos, ese triste pasado y pensar en lo que en él
encontró. Fue una estúpida al resistirse durante tanto tiempo, lo que
se había perdido...Pero al fin cayó, él la atrapó y ahora ella era
inmensamente feliz, tanto que temía que eso fuera un sueño.
Cobijó a su caballo
Galen en el establo. Estaba todo por el medio; las sillas de montar
dejadas a un lado en lugar de colgadas; los cepillos de los caballos
tirados en el suelo junto a un cubo con jabón y un largo etcétera que
haría que cierta personita pusiera el grito en el cielo. Estaba claro
que Anna había estado ahí. Esa muchacaha era incapaz de mantener
recogido un lugar.Dejaba una estela de cosas por los suelos y sabías sin
lugar a duda que ella había pasado por allí como un torbellino.
Puso comida y bebida a
su caballo tras el largo día fuera y marchó para la casa tarareando la
canción que siempre le cantaba Robert cuado ella estaba inquieta. No se
sabía la letra, pues era en latín y ella no conocía dicha lengua, pero
el tono, la música la tenía grabada, como la imagen de su Robert
cantándole tumbado a su lado. Tan absorta estaba en sus pensamientos - e
imágenes algo calenturientas- que no vió a Maggie sentada en uno de los
sofás orejeros que tenían cerca de la ventana. A oscuras. Sin ningún
candeladro encendido, solo iluminada por las ocres luces del atardecer.
-¡Jesús, Maggie! ¡Qué
susto¡ ¿Qué haces aquhí sentada y totalmente a oscuras?- Maggie,de
brazos cruzados y mirada helada,golpeaba el suelo con el pie de sus
zapatos. Aún no se había cambiado de ropa,que era lo que solía hacer
cuando llegaba del mercado. Nada más pasar la puerta, se quitaba esos
horrendos vestidos, que hasta hacían que le picara todo y se calzaba sus
pantalones, su camisa y sus botas. Pero hoy no, tal era el cabreo y
disgusto que llevaba. Se había puesto a limpiar con el vestido, a pesar
de lo incómodo que ello era. Limpió y limpió hasta que se cansó y optó
por sentarse a rumiar su mal humor en la soledad del salón principal,
que casualmente daba justo a la entrada, por donde casualmente debería
entrar Janet de un momento a otro. Que casualidad - ¿Me estabas
esperando? ¡Esto es el colmo! No puedo creerlo. Ahora que somos libres,
tú te dedicas a esperarme como si...
-Te he visto en la
montaña...- La serenidad de su voz no se parecía nada al hervidero que
sentía en su interior, deseando gritar a Janet, que se había quedado
paralizada y cada vez estaba más palida- He visto lo que haces, y con
quién...- Tomó aire sintiendo como la ira ganaba a la serenidad que
quería mostrar, pero no consiguió retenerla y estalló con fuerza,
levantándose del sofá- ¿Cómo has podido ser tan estúpida? ¿Cómo has
sido capaz? Nos has mentido! ¿Desde cuando? ¿Cuánto tiempo llevas con
ésto?
La palidez de Janet se coloreó enseguida y su mudez se evaporó al escuchar las palabras de Maggie. ¿Quién secreía que era?
-No te atrevas a
juzgarme, Maggie. He hecho lo que deseaba. Estoy cansada de vivir en las
sombras, de vivir alejadas de todo y de todos.Estoy cansada de no
vivir, Maggie.
-Pero es que no podemos
vivir de otra manera...¿Ya se te ha olvidado por lo que pasaste?¿Lo que
hiciste? ¿Lo que te hicieron?¿Lo que te harán si te encuentran?
Maldición, Janet, que no eres un niña para hacer tonterias de tal
calibre.
-No hace falta que me lo
recuerdes-Susurro acongojada-Cada noche lo veo en mi cabeza,o lo veía,
hasta que le conocí a él...- Maggie la miraba incrédula , sin creerse
nada de lo que escuchaba.Era imposible que pensara así.No después de
todo el sufrimiento que le habían causado.
Negó con la cabeza. Esto debía acabarse, y cuanto antes.
-No me has contestado,
Janet... ¿Cuánto llevas con esto?- Por la rigidez de Janet, Maggie supo
que la respuesta no la iba a gustar nada, y se preparó para
posiblemente gritarla como una aunténtica loca - ¿Cuánto?
-Un año
-¡¿Un año?! ¡¿Un año
entero?! -El grito de Maggie debió oirse en toda la casa. Incluso
creyeron oir como lo pájaros que dormitaban tranquilamente sobre los
árboles que rodeaban la granja salían huyendo, despavoridos. Las demás
-Isobel, Anna y Christina- bajaron para ver que era ese escandalo.
-No me grites,maldita sea. Sí, un año.Un año siendo amada, Maggie.
-Bah...Tonterias...Éso
solo es deseo... y lo entiendo, créeme, sobretodo después de ver al
hombre...porque vaya hombre.Sabes elegir,eso debo reconocértelo*clavo su
mirada en ella, olvidando las carnes prietas del amante de Janet-Pero
no es nada más.No seas inocente, Janet.Y deja tus ilusiones a un lado.
Janet sabía que no iba a
ser fácil cuando todas se enteraran de lo que pasaba. En especial
Maggie al haber pasado tanto juntas. La debía mucho.Pero pensaba que
quizá se alegraría por ella,un poco solamente, con eso le bastaba. Todo
lo que habían pasado juntas,los duros y sufridos inicios, el frío en
las heladas invernales cuando aún no tenían leña para calentarse; los
días bajo el sol abrasador intentando cultivar una tierra yerma y seca;
las carreras cuando estaban aprendiendo a ocultarse o cuando veían a
alguien de la guardia y salían escopetadas a esconderse en cualquier
lado...¿Dónde había quedado esa camaradería?¿Esa amistad que parecía
inamovible y eterna?
-Eso no es cierto!- Miró
a Maggie con pena- ¿Por qué no te alegras por mí? Por Dios, tengo
derecho a vivir,a llevar una vida normal.
-¿ Vida normal?¿Vida
normal, Janet? ¿Qué vida?¿Una en la que tengas que huir constantemente
porque te persigan?¿Una en la que posiblemente te maten si te
encuentran?¿Esa vida? Nuestras cabezas penden de un hilo, Janet...y tu
lo quieres cortar de un tijeretazo.
-No seas ridícula. Han
pasado años. Maggie debes avanzar, seguir adelante, no anclarte al
pasado... y mucho menos esperar que nos anclemos contigo...Disfruta de
tu vida,¨Carpe diem¨ hermana...
Todas las demás miraban
perplejas a la pareja que discutía a gritos.Una pareja que hasta ayer
se llevaba a las mil maravillas y que reían juntas a todas horas. Esto
no era una discusión como otra cualquiera , con sus regañinas porque
habían dejado algo en medio. No. Esto era más serio.
-Chicas...¿Qué ocurre?¿Qué son esos gritos?
- ¿Carpe diem? ¿Qué demonios significa eso? Si quieres insultarme, por lo menos que me entere .
Ambas se miraban
fijamente, con los ojos entrecerrados, midiéndose con la mirada mientras
las demás esperaban una explicación ante tal alboroto.
La inocente Anna soltó
una carcajada, ignorante de la gravedad de la situación,a la vez que
comía unas ricas fresas de un cuenco de madera que tenía en sus manos.
-Venga... Seguro que
Janet te ha vuelto a coger el cepillo ¿Verdad, Maggie?¿Eh?¿Verdad?-
Negó con la cabeza soltando una risita- Como sino se fuera a dar cuenta
siendo tú, Janet, la única rubia de todas nosotras- Le ofreció el
cuenco ya medio vacio a cada una- ¿Queréis?
-Anna...¿Otra vez
comiendo? Pero si acabas de cenar...- La aludida se encogió de hombros y
se llevó otra fresa a la boca. A veces parecía más una cría que una
mujer de 23 años. Quizá por eso era a la que todas más protegían.
Christina acabó
sonriendo, era como una hermana pequeña para ella, y no solo por los
años que se llevaban siendo Christina la mayor de las dos y de todo el
grupo- En fin...¿Se puede saber qué pasa?Ahora de verdad...¿Por qué
discutíais?
Maggie seguía
observando a Janet hirviendo de furia y sintiendo como la amargura y la
decepción encogían su corazón.Cruzada de brazos, sus ojos
entrecerrados,y sus labios apretados...esa postura solía sacar a todas
de quicio.
-¿De verdad queréis
saberlo?-Las caras expectantes estaban fijas en Maggie y ésta no se
hizo de rogar, sabedora de todo lo que había en juego- Janet está
viendo a alguien a escondidas. Explicales, vamos... Cuéntaselo todo. No
te reprimas, querida...
Janet fulminaba a
Maggie con la mirada ,en la que no había ni un rastro del cariño que en
realidad se profesaban la una a la otra . Maggie parecía regocijarse
en el mal rato que ella estaba pasando. Seguro que estaba esperando el
momento oportuno para dejarla por los suelos y soltar alguna de sus
frases de madre que te dejaban cabizbaja y por las que solo te faltaba
poner el trasero en pompa para esperar unos merecidos azotes.
-Estás disfrutando ¿Verdad? Disfrutas humillándome de esta manera delante de todas!
-Te equivocas...Yo no
disfruto, solo quiero que tanto tú como ellas comprendáis la gravedad
de la situación en la que estás metida- Maggie dio una palmada que a
todas las hizo respingar.Cuando se ponía así parecía más un general del
ejército que una mujer-¡Despìerta, Janet! Ésto no es un juego.
-Claro que no lo es ¡Le amo!
-¿Amar?-Maggie soltó una
carcajada que enojó aún más a Janet. Que ganas tenía Janet en estos
momentos de tirarle de los pelos a Maggie.
-Entonces...espera, espera...ya no hablamos del cepillo de pelo ¿verdad?
-¡¡¡Anna!!!- Isobel miró
a Anna, y puso los ojos en blanco. Esta muchacha...Ella ya sabía lo de
Robert... Pero prometió no decir nada a nadie, aunque no compartiera lo
que estaba haciendo Janet.,ella no era quien para juzgarla.
-¡Basta!-Janet cada vez
estaba más enfadada, más molesta, más rabiosa y lo único que quería era
irse de alli con Robert. Se giró y clavó su mirada en las chicas, una a
una - He conocido a un hombre, estamos juntos, aunque nadie hasta
ahora -Miró de reojo a Isobel, lo último que quería era meterla en un
lío con las chicas- lo sabía... Y ahora todas lo sabéis y bueno, eso...
Le conocí hace más de un año y desde entonces estamos juntos...En
realidad...- Agachó la mirada haca sus manos,jugueteando con sus dedos y
titubeó, pues si Maggie se había puesto como una loca con lo que le
había contado, lo que aún le tenía que contar...le iba a dar un ataque-
Nos casamos hace una semana.
Las miradas asombrada
recayeron en Janet, asombradas .Realmente no sabían qué decir, se habían
quedado mudas. La única que parecía verdaderamente feliz era Anna, que
soltó un grito y saltó a los brazos de Janet, felicitándola.
-Enhorabuena,Janet....Estoy
segura de que vas a ser muy feliz. Aunque me hubiera gustado estar en
el enlace. Me apena mucho habérmelo perdido.
-Gracias, Anna...-Esbozó
una pequeña sonrisa dirigida exclusivamente a la pequeña, la única que
siempre, fuera el momento que fuera y pasara lo que pasara, conseguía
hacerte sonreir. Devolvió la mirada a sus amigas, allí reunidas-Me
hubiera gustado que hubiérais estado allí, pero... no sabía como íbais a
reaccionar ante tal noticia.
-¿Cómo esperabas que
reaccionáramos,Janet? Creo que... te hubiéramos entendido.Buscabas la
felicidad y la has encontrado.-Christina se acercó a darle otro abrazo
al que de nuevo se unió Anna-Me alegro mucho por tí,Janet...No
pensarías que ibamos a boicotearte la ceremonia ¿No?
- Bueno...no estaba del todo segura..
-Pero...- Christina le
dio un puñetazo en el brazo a Janet. Que bruta era a veces...- Me ofende
que pienses así de nosotras, Janet.
Isobel se mantenía fría y
distante con ella.Desde que Janet le había contado lo de Robert, Isobel
encontraba que estaba siendo injusta para con las demás, no se sentía
cómoda siendo la única que lo sabía, pero les había encontrado abrazados
y no tuvo más remedio que contárselo. Aunque sí le pidió que no dijera
nada, que quería encargarse ella. Pero nada estaba saliendo bien. Todo
se había torcido. Suspiro, estaba empezando a dolerle la cabeza y tenía
un ligero mareo.
Maggie las miraba con la
boca abierta, sin atreveser a creer que la apoyaran y que encima la
felicitaran ¡Una boda! - Esto es el colmo...Encima os alegráis. Oh sí ,
enhorabuena Janet por habernos mentido, y habernos puesto en peligro.
Muchas gracias... !Puñetas,estáis locas! ¿Acaso no sabeís todo lo que
esto puede acarrearnos? Los problemas que puede traernos son enormes,
empezando porque nos descubran....
-Maggie no seas
exagerada.-Christina ,la más serena de las cuatro, intentaba hacer
entender a Maggie que Janet ya había elegido y que nada la haría
cambiar de opinión. Veía a Maggie consternada, enfadada y muy, muy
dolida. Ella también lo estaba, pero a diferencia de Maggie ella
entendía lo queJanet quería.Y no iba a ser ella quien le cortara el
paso- En todo el tiempo que llevamos aquí nadie nos ha visto ni mucho
menos descubierto.Vale que no habíamos tenido una situación como esta,
pero..
-De pero nada,
Christina...No sabemos nada de ese hombre, ni quién es, ni a qué se
dedica, nada.Bien podría ser un espía de nuestros enemigos o...
-Robert no es nada de
eso...-Janet salió endefensa de su amado, pues ella sabía perfectamente
que era un buen hombre. Leal, honesto y honrado.- Él no es un mal
hombre.No es como los que nosotras hemos conocido, Maggie. De verdad.
-¿Por qué no lo traes
mañana para comer?- Anna no supo si lo que había dicho era bueno o
malo, lo que sí sabía es que Maggie iba a estrangularla en cuanto se
quedaran a solas- O no...
-¿Por qué no? Es una
gran idea,así le conoceremos y veremos todo aquello que tú dices de él-
Christina intentaba por todos los medios que aquello acabara bien para
todas.Haría lo que fuera por ellas,por eso siempre evitaba discutir.No
le gustaba enfadarse e intentaba evitar cualquier conflicto.Eran su
familia, sus hermanas y aunque a veces no estuviera del todo de acuerdo
con ellas o sus decisiones, intentaba apoyarlas en todo momento,
motivo por el cual se había ganado el apodo de¨santurrona¨. Si ellas
supieran lo poco que tenía de santurrona, si supieran lo que había
hecho en el pasado y porqué había huido. Pero jamás les había contado
lo que pasó realmente. Suavizó unas cosas, omitió otras.
Christina no permitió
que esos aciagos recuerdos le estropearan el humor. Se centró enJanet
y en intentar convencer a Maggie de que esa comida sería una buena
ocasión para decidir sobre el hombre.
-Vamos,Maggie, siempre desconfias de todo. Dale una oportunidad...y si mañana sigue sin convencerte,ya decides...
Maggie rumiaba algo
mientras andaba por el salón haciendo sonar sus faldas a cada paso. En
su rostro se mostraban todas sus pensamientos y de sus labios de evz en
cuando se oía un ¨están locas¨o un sonoro¨puñetas¨.Demonios,
no quería que nadie que no fieran ellas pisara esa casa, era su
santuario, usu lugar sagrado e iban a contaminarlo.Suspiró con
fuerza,sabedora de que realmente no tenía otra opción que claudicar y
dejar que ese hombre viniera a comer con ellas.Santo cielo...todo lo
que hacía por ellas.
-Está bien, pero pienso
ser firme...pienso interrogarle y acribillarle a preguntas. Y...- frenó
aJanet que iba adecir algo,posiblemente en defensa del tal Robert -
sino me gusta,estaré en todo mi derecho de echarle de aquí a
patadas-Janet volvió a abrir la boca para protestar pero esta vez fue
Christina la que la cortó.
-Janet,conténtate con
eso, es todo lo de sí que puede dar Maggie y reconoce que es más de lo
que tú misma esperabas...- Las tres miraban como Maggie abandonaba la
sala con pasos airados y maldiciendo por lo bajo algo parecido a¨malditos hombre y sus pelotas¨.Las
carcajadas de las tres ante el carácter huraño y el vocabulario
verdulero de la mujer que acababa de salir de la sala mostraron la
camaradería que se tenían y que el cariño que se profesaban iba más
alla de ser unas simples amigas y compañeras de hogar, sino más bien
una familia mucho más unida que cualquiera de las que poblaban sus
queridas Highlands.
Que la lectura os acompañe!
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