domingo, 22 de enero de 2017

DUEÑAS DEL DESTINO VOL.I - CAP.II


 CAPÍTULO II

 Janet reparó en la granja cuando el atardecer ya caía, dotando al cielo antes límpido y azul de una nubes rojizas y esponjosas.Sonriente y feliz trotaba por el bosque, parándose incluso a observar a unos animalillos que correteaban por allí.

Robert era increíble, tan atento, tan distinguido, tan guapo.... .Rió al recordar lo que habían hecho unas horas atrás,y gimió al sentir como recordarlo hacía que la piel le hormigueara,y sintiera cosquilleos por todo el cuerpo, sintiendo su sexo palpitar por él.
Hacía mucho que no era tan feliz, mucho tiempo que no sabía lo que era sentirse amada, aunque estaba con las chicas,ella anhelaba algo más,siempre lo había anhelado aunque sus circustancias anteriores no fueran las mejores.Intentó por todos los medios que los recuerdos no llenaran su mente, pero el dolor de aquel aciago día no se desvanecía ni con el paso de los años. Recordaba cómo su propio padre la ofreció a cambio de un maldito pacto, pacto que finalmente no se llevó a cabo al haber huido ella. Su cuerpo habá sido humillado, ultrajado y sumamente maltratado. Cerró los ojos y podía jurar que aún sentía a aquel asqueroso hombre entre sus piernas, desoyendo sus gritos, sus súplicas. Más bien parecía hacerle gracia.
Se obligó a enterrar de nuevo esos odiosos recuerdos, ese triste pasado y pensar en lo que en él encontró. Fue una estúpida al resistirse durante tanto tiempo, lo que se había perdido...Pero al fin cayó, él la atrapó y ahora ella era inmensamente feliz, tanto que temía que eso fuera un sueño.
Cobijó a su caballo Galen en el establo. Estaba todo por el medio; las sillas de montar dejadas a un lado en lugar de colgadas; los cepillos de los caballos tirados en el suelo junto a un cubo con jabón y un largo etcétera que haría que cierta personita pusiera el grito en el cielo. Estaba claro que Anna había estado ahí. Esa muchacaha era incapaz de mantener recogido un lugar.Dejaba una estela de cosas por los suelos y sabías sin lugar a duda que ella había pasado por allí como un torbellino.
Puso comida y bebida a su caballo tras el largo día fuera y marchó para la casa tarareando la canción que siempre le cantaba Robert cuado ella estaba inquieta. No se sabía la letra, pues era en latín y ella no conocía dicha lengua, pero el tono, la música la tenía grabada, como la imagen de su Robert cantándole tumbado a su lado. Tan absorta estaba en sus pensamientos - e imágenes algo calenturientas- que no vió a Maggie sentada en uno de los sofás orejeros que tenían cerca de la ventana. A oscuras. Sin ningún candeladro encendido, solo iluminada por las ocres luces del atardecer.
-¡Jesús, Maggie! ¡Qué susto¡ ¿Qué haces aquhí sentada y totalmente a oscuras?- Maggie,de brazos cruzados y mirada helada,golpeaba el suelo con el pie de sus zapatos. Aún no se había cambiado de ropa,que era lo que solía hacer cuando llegaba del mercado. Nada más pasar la puerta, se quitaba esos horrendos vestidos, que hasta hacían que le picara todo y se calzaba sus pantalones, su camisa y sus botas. Pero hoy no, tal era el cabreo y disgusto que llevaba. Se había puesto a limpiar con el vestido, a pesar de lo incómodo que ello era. Limpió y limpió hasta que se cansó y optó por sentarse a rumiar su mal humor en la soledad del salón principal, que casualmente daba justo a la entrada, por donde casualmente debería entrar Janet de un momento a otro. Que casualidad - ¿Me estabas esperando? ¡Esto es el colmo! No puedo creerlo. Ahora que somos libres, tú te dedicas a esperarme como si...
-Te he visto en la montaña...- La serenidad de su voz no se parecía nada al hervidero que sentía en su interior, deseando gritar a Janet, que se había quedado paralizada y cada vez estaba más palida- He visto lo que haces, y con quién...- Tomó aire sintiendo como la ira ganaba a la serenidad que quería mostrar, pero no consiguió retenerla y estalló con fuerza, levantándose del sofá- ¿Cómo has podido ser tan estúpida? ¿Cómo has sido capaz? Nos has mentido! ¿Desde cuando? ¿Cuánto tiempo llevas con ésto?
La palidez  de Janet se coloreó enseguida y su mudez se evaporó al escuchar las palabras de Maggie. ¿Quién secreía que era?
-No te atrevas a juzgarme, Maggie. He hecho lo que deseaba. Estoy cansada de vivir en las sombras, de vivir alejadas de todo y de todos.Estoy cansada de no vivir, Maggie.
-Pero es que no podemos vivir de otra manera...¿Ya se te ha olvidado por lo que pasaste?¿Lo que hiciste? ¿Lo que te hicieron?¿Lo que te harán si te encuentran? Maldición, Janet, que no eres un niña para hacer tonterias de tal calibre.
-No hace falta que me lo recuerdes-Susurro acongojada-Cada noche lo veo en mi cabeza,o lo veía, hasta que le conocí  a él...- Maggie la miraba incrédula , sin creerse nada de lo que escuchaba.Era imposible que pensara así.No después de todo el sufrimiento que le habían causado.
Negó con la cabeza. Esto debía acabarse, y cuanto antes.
-No me has contestado, Janet... ¿Cuánto llevas con esto?- Por la rigidez de Janet, Maggie supo que la respuesta no la iba a gustar nada, y se preparó para posiblemente gritarla como una aunténtica loca - ¿Cuánto?
-Un año
-¡¿Un año?! ¡¿Un año entero?! -El grito de Maggie debió oirse en toda la casa. Incluso creyeron oir como lo pájaros que dormitaban tranquilamente sobre los árboles que rodeaban la granja salían huyendo, despavoridos. Las demás -Isobel, Anna y Christina- bajaron para ver que era ese escandalo.
-No me grites,maldita sea. Sí, un año.Un año siendo amada, Maggie.
-Bah...Tonterias...Éso solo es deseo... y lo entiendo, créeme, sobretodo después de ver al hombre...porque vaya hombre.Sabes elegir,eso debo reconocértelo*clavo su mirada en ella, olvidando las carnes prietas del amante de Janet-Pero no es nada más.No seas inocente, Janet.Y deja tus ilusiones a un lado.
Janet sabía que no iba a ser fácil cuando todas se enteraran de lo que pasaba. En especial Maggie al haber pasado tanto juntas. La debía mucho.Pero pensaba que quizá se alegraría por ella,un poco solamente, con eso le bastaba. Todo lo que habían pasado juntas,los duros y sufridos inicios,  el frío en las heladas invernales cuando aún no tenían leña para calentarse; los días bajo el sol abrasador intentando cultivar una tierra yerma y seca; las carreras cuando estaban aprendiendo a ocultarse o cuando veían a alguien de la guardia y salían escopetadas a esconderse en cualquier lado...¿Dónde había quedado esa camaradería?¿Esa amistad que parecía inamovible y eterna?
-Eso no es cierto!- Miró a Maggie con pena- ¿Por qué no te alegras por mí? Por Dios, tengo derecho a vivir,a llevar una vida normal.
-¿ Vida normal?¿Vida normal, Janet? ¿Qué vida?¿Una en la que tengas que huir constantemente porque te persigan?¿Una en la que posiblemente te maten si te encuentran?¿Esa vida? Nuestras cabezas penden de un hilo, Janet...y tu lo quieres cortar de un  tijeretazo.
-No seas ridícula. Han pasado años. Maggie debes avanzar, seguir adelante, no anclarte al pasado... y mucho menos esperar que nos anclemos contigo...Disfruta de tu vida,¨Carpe diem¨ hermana...
Todas las demás miraban perplejas a la pareja que discutía a gritos.Una pareja que hasta ayer se llevaba a las mil maravillas y que reían juntas a todas horas. Esto no era una discusión como otra cualquiera , con sus regañinas porque habían dejado algo en medio. No. Esto era más serio.
-Chicas...¿Qué ocurre?¿Qué son esos gritos?
- ¿Carpe diem? ¿Qué demonios significa eso? Si quieres insultarme, por lo menos que me entere .
Ambas se miraban fijamente, con los ojos entrecerrados, midiéndose con la mirada mientras las demás esperaban una explicación ante tal alboroto.
La inocente Anna soltó una carcajada, ignorante de la gravedad de la situación,a la vez que  comía unas ricas fresas de un cuenco de madera que tenía en sus manos.
-Venga... Seguro que Janet te ha vuelto a coger el cepillo ¿Verdad, Maggie?¿Eh?¿Verdad?- Negó con la cabeza soltando una risita- Como sino se fuera a dar cuenta siendo tú, Janet, la única rubia de  todas nosotras- Le ofreció el cuenco ya medio vacio a cada una- ¿Queréis?
-Anna...¿Otra vez comiendo? Pero si acabas de cenar...- La aludida se encogió de hombros y se llevó otra fresa a la boca. A veces parecía más una cría que una mujer de 23 años. Quizá por eso era a la que todas más protegían.
Christina acabó sonriendo, era como una hermana pequeña para ella, y no solo por los años que se llevaban siendo Christina la mayor de las dos y de todo el grupo- En fin...¿Se puede saber qué pasa?Ahora de verdad...¿Por qué discutíais?
 Maggie seguía observando a Janet hirviendo  de furia y sintiendo como la amargura y la decepción encogían su corazón.Cruzada de brazos, sus ojos entrecerrados,y sus labios apretados...esa postura solía sacar a todas de quicio.
-¿De verdad queréis saberlo?-Las caras expectantes estaban fijas en Maggie y ésta no se hizo de rogar, sabedora de todo lo que había en juego- Janet está viendo a alguien a escondidas. Explicales, vamos... Cuéntaselo todo. No te reprimas, querida...
 Janet fulminaba a Maggie con la mirada ,en la que no había ni un rastro del cariño que en realidad se profesaban la una a la otra . Maggie parecía regocijarse en el mal rato que ella estaba pasando. Seguro que estaba esperando el momento oportuno para dejarla por los suelos y soltar alguna de sus frases de madre que te dejaban cabizbaja y por las que solo te faltaba poner el trasero en pompa para esperar unos merecidos azotes.
-Estás disfrutando ¿Verdad? Disfrutas humillándome de esta manera delante de todas!
-Te equivocas...Yo no disfruto, solo quiero que tanto tú como ellas comprendáis la gravedad de la situación en la que estás metida- Maggie dio una palmada que a todas las hizo respingar.Cuando se ponía así parecía más un general del ejército que una mujer-¡Despìerta, Janet! Ésto no es un juego.
-Claro que no lo es ¡Le amo!
-¿Amar?-Maggie soltó una carcajada que enojó aún más a Janet. Que ganas tenía Janet en estos momentos de tirarle de los pelos a Maggie.
-Entonces...espera, espera...ya no hablamos del cepillo de pelo ¿verdad?
-¡¡¡Anna!!!- Isobel miró a Anna, y puso los ojos en blanco. Esta muchacha...Ella ya sabía lo de Robert... Pero prometió no decir nada a nadie, aunque no compartiera lo que estaba haciendo Janet.,ella no era quien para juzgarla.
-¡Basta!-Janet cada vez estaba más enfadada, más molesta, más rabiosa y lo único que quería era irse de alli con Robert. Se giró y clavó su mirada en las chicas, una a una - He conocido a un hombre, estamos juntos, aunque nadie hasta ahora -Miró de reojo a Isobel, lo último que quería era meterla en un lío con las chicas- lo sabía... Y ahora todas lo sabéis y bueno, eso... Le conocí hace más de un año y desde entonces estamos juntos...En realidad...- Agachó la mirada haca sus manos,jugueteando con sus dedos y titubeó, pues si Maggie se había puesto como una loca con lo que le había contado, lo que aún le tenía que contar...le iba a dar un ataque- Nos casamos hace una semana.
Las miradas asombrada recayeron en Janet, asombradas .Realmente no sabían qué decir, se habían quedado mudas. La única que parecía verdaderamente feliz era Anna, que soltó un grito y saltó a los brazos de Janet, felicitándola.
-Enhorabuena,Janet....Estoy segura de que vas a ser muy feliz. Aunque me hubiera gustado estar en el enlace. Me apena mucho habérmelo perdido.
-Gracias, Anna...-Esbozó una pequeña sonrisa dirigida exclusivamente a la pequeña, la única que siempre, fuera el momento que fuera y pasara lo que pasara, conseguía hacerte sonreir. Devolvió la mirada a sus amigas, allí reunidas-Me hubiera gustado que hubiérais estado allí, pero... no sabía como íbais a reaccionar ante tal noticia.
-¿Cómo esperabas que reaccionáramos,Janet? Creo que... te hubiéramos entendido.Buscabas la felicidad y la has encontrado.-Christina se acercó a darle otro abrazo al que de nuevo se unió Anna-Me alegro mucho por tí,Janet...No pensarías que ibamos a boicotearte la ceremonia ¿No?
- Bueno...no estaba del todo segura..
-Pero...- Christina le dio un puñetazo en el brazo a Janet. Que bruta era a veces...- Me ofende que pienses así de nosotras, Janet.
Isobel se mantenía fría y distante con ella.Desde que Janet le había contado lo de Robert, Isobel encontraba que estaba siendo injusta para con las demás, no se sentía cómoda siendo la única que lo sabía, pero les había encontrado abrazados y no tuvo más remedio que contárselo. Aunque sí le pidió que no dijera nada, que quería encargarse ella. Pero nada estaba saliendo bien. Todo se había torcido. Suspiro, estaba empezando a dolerle la cabeza y tenía un ligero mareo.
Maggie las miraba con la boca abierta, sin atreveser a creer que la apoyaran y que encima la felicitaran ¡Una boda! - Esto es el colmo...Encima os alegráis. Oh sí , enhorabuena Janet por habernos mentido, y habernos puesto en peligro. Muchas gracias... !Puñetas,estáis locas! ¿Acaso no sabeís todo lo que esto puede acarrearnos? Los problemas que puede traernos son enormes, empezando porque nos descubran....
-Maggie no seas exagerada.-Christina ,la más serena de las cuatro, intentaba hacer entender a Maggie que Janet ya había elegido y que nada la haría cambiar de opinión. Veía a Maggie consternada, enfadada y muy, muy dolida. Ella también lo estaba, pero a diferencia de Maggie ella entendía lo queJanet quería.Y no iba a ser ella quien le cortara el paso- En todo el tiempo que llevamos aquí nadie nos ha visto ni mucho menos descubierto.Vale que no habíamos tenido una situación como esta, pero..
-De pero nada, Christina...No sabemos nada de ese hombre, ni quién es, ni a qué se dedica, nada.Bien podría ser un espía de nuestros enemigos o...
-Robert no es nada de eso...-Janet salió endefensa de su amado, pues ella sabía perfectamente que era un buen hombre. Leal, honesto y honrado.- Él no es un mal hombre.No es como los que nosotras hemos conocido, Maggie. De verdad.
-¿Por qué no lo traes mañana para comer?- Anna no supo si lo que había dicho era bueno o malo, lo que sí sabía es que Maggie iba a estrangularla en cuanto se quedaran a solas- O no...
-¿Por qué no? Es una gran idea,así le conoceremos y veremos todo aquello que tú dices de él- Christina intentaba por todos los medios que aquello acabara bien para todas.Haría lo que fuera por ellas,por eso siempre evitaba discutir.No le gustaba enfadarse e intentaba evitar cualquier conflicto.Eran su familia, sus hermanas y aunque a veces no estuviera del todo de acuerdo con ellas o sus decisiones, intentaba apoyarlas en todo momento, motivo por el cual se había ganado el apodo de¨santurrona¨. Si ellas supieran lo poco que tenía de santurrona, si supieran lo que había hecho en el pasado y porqué había huido. Pero jamás les había contado lo que pasó realmente. Suavizó unas cosas, omitió otras.
Christina no permitió que esos aciagos recuerdos le estropearan el humor. Se centró enJanet y  en intentar convencer a Maggie de que esa comida sería una buena ocasión para decidir sobre el hombre.
-Vamos,Maggie, siempre desconfias de todo. Dale una oportunidad...y si mañana sigue sin convencerte,ya decides...
Maggie rumiaba algo mientras andaba por el salón haciendo sonar sus faldas a cada paso. En su rostro se mostraban todas sus pensamientos y de sus labios de evz en cuando se oía un ¨están locas¨o un sonoro¨puñetas¨.Demonios, no quería que nadie que no fieran ellas pisara esa casa, era su santuario, usu lugar sagrado e iban a contaminarlo.Suspiró con fuerza,sabedora de que realmente no tenía otra opción que claudicar y dejar que ese hombre viniera a comer con ellas.Santo cielo...todo lo que hacía por ellas.
-Está bien, pero pienso ser firme...pienso interrogarle y acribillarle a preguntas. Y...- frenó aJanet que iba adecir algo,posiblemente en defensa del tal Robert - sino me gusta,estaré en todo mi derecho de echarle de aquí a patadas-Janet volvió a abrir la boca para protestar pero esta vez fue Christina la que la cortó.
-Janet,conténtate con eso, es todo lo de sí que puede dar Maggie y reconoce que es más de lo que tú misma esperabas...- Las tres miraban como Maggie abandonaba la sala con pasos airados y maldiciendo por lo bajo algo parecido a¨malditos hombre y sus pelotas¨.Las carcajadas de las tres ante el carácter huraño y el vocabulario verdulero de la mujer que acababa de salir de la sala mostraron la camaradería que se tenían y que el cariño que se profesaban iba más alla de ser unas simples amigas y compañeras de hogar, sino más bien una familia mucho más unida que cualquiera de las que poblaban sus queridas Highlands.


Que la lectura os acompañe!

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